27 Octubre - Bangkok


Decidimos darnos una última vuelta por el barrio Chino. Personalmente es uno de los lugares que más me impresionó de la ciudad.
Los olores, el montón de gente, las cosas raras que se venden en los mercados (sapos vivos, todas especie de peces y anguilas, escarabajos, un monton de hierbas curativas...), los colores, una calle llena de tiendas donde se venden tapones de goma para el baño, otra llena de joyerías, otra donde solo venden bolsas de plástico, chiringuitos de frituras por todas partes...
Entramos en uno de los templos dedicados a Confucio ( o eso creemos ya que solo había letreros en thai o chino) y Laia compra el "pack ritual": un capullo de flor de loto, barrita de incienso y el papelito de oro que tienes que pegar en la figura mientras que formulas una plegaria/deseo.
Una de las cosas que más me impacta de estos templos son las "maquinitas tragaperras" de los distintos dioses/ gurus. Metes la donación en la ranura de la máquina de tu Dios y te sale una predicción, muy práctico si señor.
Con whisper acabamos comprando máquinas de arroz en el barrio (unos 15€ una normalita). Después de verlas durante todo el viaje era una tentación muy fuerte.
Nos sobra tiempo hasta el mercado nocturno del Patpong, así que decidimos experimentar con los centros comerciales tailandeses. La Plaza de Siam es el lugar adecuado, lleno de edificios lujosos y rascacielos, rodeados "por supuesto" de casas de madera destartaladas.. el contraste es impresionante. Descubrimos que la mayoría de gente solo puede pasear o comer en el Mc Donalds.. el centro comercial está lleno de tiendas lujosas y cosas carísimas.

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